Por: Ricardo Torres
Con la participación de 16 universidades del país, comienza este miércoles en Ibagué el X Encuentro Nacional Universitario de la Música Colombiana, que este año rinde homenaje a la vida y obra del maestro Fulgencio García, autor de la afamada pieza: La gata golosa.
El Encuentro Nacional de Música Universitaria, certamen que se realiza en el marco del Festival Nacional de la Música, se ha consolidado, tras cumplir una década de labores, en un espacio vital y de suma importancia desde el cual se pueden escuchar y apreciar los proyectos sonoros que, con distintos formatos, se están desarrollando en los laboratorios o talleres musicales de las universidades.
Que las universidades piensen, estudien, discutan y trabajen en la investigación de nuestras raíces folclóricas, en sus ritmos y armonías, en los sonidos e instrumentos tradicionales con los que se ejecutan, resulta valioso para músicos y compositores, para el amplio y diverso legado de las músicas nacionales.
Estos estudios y trabajos, muchos de los cuales podremos apreciar este año, son importantes porque expanden la memoria musical de la nación y educan a las audiencias, que crecen en su cultura sonora y como oyentes.
Cada trabajo busca rescatar, hacer visible un legado, ampliar sus posibilidades de escucha, innovar sobre las bases tradicionales, muchas veces anquilosadas en el recuerdo y la nostalgia, y defendidas como una reliquia de museo, intocable por otro lado.
Muchas de estas agrupaciones hacen también un trabajo de divulgación, por ejemplo, a través de los conciertos dialogados, una modalidad en la que las audiencias conectan con el legado musical, al tiempo que conocen la historia particular de las piezas instrumentales y las canciones y, por supuesto, su apuesta sonora.
¡Que viva la U!
El X Encuentro Nacional Universitario de Música Colombiana, que se celebrará en el parque Manuel Murillo Toro de la musical, del miércoles 15 y hasta el próximo viernes 17 de marzo, tendrá la participación de importantes universidades del país, que se distinguen a nivel nacional e internacional por su trabajo investigativo, por sus propuestas sonoras, por la divulgación que hacen de autores y músicos, que han hecho grande y diverso el legado musical del país.
Esta décima versión del encuentro, que cuenta con el liderazgo del Maestro César Augusto Zambrano, contará con la participación de las siguientes universidades: Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad de Cundinamarca, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Tecnológico de Antioquia, Universidad Tecnológica de Pereira, Universidad de Nariño, Universidad del Valle, Universidad Santo Tomás, Universidad de Ibagué, Universidad del Tolima, Universidad ICESI y Universidad Eafit.
Cada una de las universidades que se postularon para hacer parte de esta edición del encuentro, poseen una trayectoria respetable, gracias a su exigente trabajo de investigación, divulgación e innovación en sus proyectos sonoros. El reconocimiento entre pares y por las audiencias, respaldan sus trabajos, que abarcan un amplio espectro de los ritmos y géneros de las músicas tradicionales colombianas, tales como pasillos, guabinas y bambucos, entre otros.
Dentro del repertorio que cada agrupación ha propuesto para este evento, debe incluir, de acuerdo con las exigencias de la organización del encuentro, piezas del compositor Fulgencio García (Purificación, Tolima 1880, Bogotá 1945) a quien este año el encuentro rinde homenaje por su obra musical.
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Fulgencio García, vida y obra
García fue reconocido por ser un excelso ejecutante de la bandola, además de ser un magnífico compositor de piezas instrumentales. Alumno del legendario maestro Pedro Morales Pino y autor de numerosas piezas y canciones. Algunas de sus obras más reconocidas son: “Qué nos importa bien mío”, “Requiebro”, “Del Mar la Ola”, “Humo”, “El Vagabundo”, “Diciembre”, “Zeppelín”, “Vino Tinto”, y “La Gata”.
Fue Fulgencio García dueño de una férrea disciplina y de un imponente temperamento musical, y parte importante de lo que hoy conocemos como música popular. Junto a su maestro Morales Pino, del que fue su más ferviente discípulo, actuó en su conjunto de cuerdas durante algún tiempo.
El maestro García nacido en Purificación, cultivó y difundió esos aires autóctonos que llevaba tan adentro en el grupo del maestro Emilio Murillo y multiplicó las melodías de su tierra en coincidencia con otros grandes de la música colombiana como Luis A. Calvo, Alejandro Wills, Vicente Pizarro, Milciades Garavito, Carlos Escamilla, Guillermo Quevedo, Luis Romero y sus paisanos Adolfo el “Pote” Lara y Alberto Castilla.
García fue compositor de una incontenible lista de canciones religiosas entre las que se cuenta la titulada Mística, en la cual la fe y el amor se tocan y confluyen.
La academia y lo popular
Ese dispositivo excluyente, que puso a la música tradicional colombiana por debajo de la cultura musical europea, muchas veces dirigido desde los conservatorios de música y la academia, ha venido dando un giro de 180 grados, necesario en la valoración del legado musical de la nación, tan amplio y diverso, como las culturas que representan.
Hoy los encuentros musicales universitarios sirven para dar cuenta y divulgar el trabajo que desde las universidades vienen realizando músicos, compositores, académicos, musicólogos y antropólogos, entre otras disciplinas.
La academia se reconcilia con lo popular. Su mirada es más amplia y cada vez menos prejuiciosa. Hoy las agrupaciones, que desde la academia abordan las músicas populares, redescubren la esencia de esos sonidos y formulan nuevos formatos.
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Existe desde hace algunos años otras formas de leer el país a través de sus músicas. Esa mirada, subjetiva y rica, nos la brinda la academia, que tiende puentes hacia lo popular, hacia las músicas tradicionales e incorpora nuevas técnicas y propuestas sonoras para abordar este inmenso acervo, que hace parte de nuestro patrimonio inmaterial como nación.
Estos lazos que se tejen desde la academia, hacia las músicas tradicionales de las regiones en nuestro país, no ayuda a explicarnos como sociedad, a reconocernos en ella, nos abre caminos por el continente para unirnos a otras músicas, otros sonidos, y reconstruye, en alguna medida, la posibilidad de llevar a otros escenarios, de un modo artístico, nuestro legado y patrimonio.
La invitación está abierta, como ahora está abierta la relación entre la academia y las músicas tradicionales de las regiones. La cita para todas y todos es a partir de este miércoles 15 de marzo en el Parque Murillo Toro. La entrada es gratis.